sábado, 1 de mayo de 2010

Bécquer, rima XXIV




Dos rojas lenguas de fuego
que a un mismo tronco enlazadas
se aproximan y, al besarse,
forman una sola llama;

dos notas que del laúd
a un tiempo la mano arranca,
y en el espacio se encuentran
y armoniosas se abrazan;

dos olas que vienen juntas
a morir sobre una playa
y que, al romper, se coronan
con un penacho de plata;

dos jirones de vapor
que del lago se levantan
y, al juntarse allá en el cielo,
forman una nube blanca;

dos ideas que al par brotan;
dos besos que a un tiempo estallan;
dos ecos que se confunden:
eso son nuestras dos almas.

(No entiendo nada de poesía. Pero me encanta este poema. ¡No todo va a ser escribir sobre botellones! :-D

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