domingo, 8 de noviembre de 2009

EL HUESPED DE DRÁCULA




El otro día me leí un libro pequeñito de cuentos de Bram Stoker, ya saben, el que creó a Drácula. O al menos al Drácula con el que empezó todo.
Los cuentos eran muy fáciles de leer. Tengo que admitir que Drácula me costó leerlo, quizás por ser un subproducto de la Logse (yo, no Drácula, bueno... quizás Drácula también). Me gustó mucho pero algunas partes me resultaron pesadas, otras grandiosas.
Uno de los cuentos no lo es tal, sino un capítulo de Drácula que Bram Stoker decidió no incluir. Es bastante interesante, acerca de una jornada de Jonathan Harper en Munich, cuando va camino de Transilvania.
El mejor de los cuentos es "el entierro de las ratas". Nunca he leído (bueno, la peli de Apocalypto en cierto modo se asemeja) una persecución igual. Es un cuento de terror, pero no sobrenatural. Un turistilla inglés, a mediados del XIX, decide perderse en las chabolas de Paris, donde un grupo de viejos se dedica a rebuscar en la basura. Por supuesto, un turista inglés, con un anillo de oro, gemelos de oro, etc. despierta la codicia del ejército de viejunos vagabundos... ¡No cuento más! ¡Deben leerlo!

Lo que me gusta de Drácula es su atmósfera onírica, de pesadilla, irreal. El Nosferatu de Murnau (película imprescindible) recoge esa atmósfera... Luego ha habido tantos y tantos Dráculas y sucedaneos.. Se pusieron de moda de nuevo cuando yo eras más joven con las novelas de Anne Rice y con Vampiro la Mascarada. Ahora se han puesto de moda otra vez con Crepúsculo... Confieso que no la he visto y que no me atrae mucho, me parece, por fuera, un popoh.
Algo hay de universal en Drácula. La pulsión eros-thanatos, bla bla bla. Aunque últimamente el arte tiende a humanizarlos y sexualizarlos demasiado, quizás.
Recomiendo especialmente Van Helsing (la peli). La gente la odia, aunque es tan graciosa de puro mala que es, que de verdad vale la pena.

Bueno, ya está bien de divagar. Les dejo con un fragmento del diario de Mina Murray (la prometida de Jonathan Harper) que me parece, sencillamente, maravilloso. ¡Como ha cambiado tanto y tan poco el mundo en poco más de cien años!

"Lucy duerme y respira regularmente. Tiene en las mejillas más color que de costumbre, y está muy bonita. Si el señor Holmwood se enamoró de ella viéndola sólo en el salón, me pregunto qué diría si la viese ahora. Algunas de las escritoras pertenecientes al movimiento de la mujer nueva lanzarán un día la idea de que los hombres y las mujeres deberían ponerse de acuerdo para verse dormidos, antes de pedirse o de aceptarse. Pero supongo que en el futuro la mujer nueva no se limitará a dar el sí; será ella quien se declare. ¡Y lo hará muy bien! Siempre será un consuelo."

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